De la ría de O Burgo ha desaparecido el nauseabundo olor que años atrás devoraba prácticamente su entorno. Los fondos se ven limpios, también la arena. Al lugar han regresado aves que hace tiempo no se veían en la zona y también se ven peces con cada vez más frecuencia.

Los mariscadores han plantado semilla para intentar que la ría vuelva a ser productiva en el futuro. Pero para eso aún falta tiempo. Ahora protestan porque han terminado las ayudas económicas que recibieron durante los trabajos de dragado. Señalan que siguen sin tener ingresos porque no pueden desarrollar su actividad hasta que el marisco alcance la talla mínima para su captura y comercialización.